El Gobierno del presidente Moreno no está respetando el pronunciamiento popular en favor de los pueblos en aislamiento voluntario y la necesidad de proteger el Parque Nacional Yasuní que alberga una de las mayores reservas de especies de todo el planeta, declarada reserva de la biosfera por la Unesco en 1980.
El Decreto Ejecutivo Nº 751 del 21 de mayo pasado redefinió la Zona Intangible Tagaeri Taromenane (ZITT) del Yasuní y establece que en la Zona de Amortiguamiento está prohibido construir carreteras, centrales hidroeléctricas, facilidades petroleras y otras infraestructuras. Sin embargo, señala que en esta franja de territorio sí se podrán levantar plataformas para perforar pozos petroleros y explotarlos. Se aumenta la Zona Intangible pero aún no se ha definido qué área ocupará esta zona y se permite la explotación hidrocarburífera en los bloques 31 y 43 ITT, ubicados en la Zona de Amortiguamiento que bordea a la Zona Intangible.
Esto a pesar de que, en la Consulta Popular de febrero de 2018, un 67,6% de la población se manifestó en favor de salvar el Yasuní, sus ecosistemas y los pueblos que en él habitan, aprobando reducir la extensión de explotación petrolera en 300 hectáreas y extender la zona de protección para salvaguardar la vida de pueblos en aislamiento.
La Comisión Ecuménica de Derechos Humanos – CEDHU señala que esta nueva medida evidencia la entrega total del Gobierno y sus instituciones a la política extractiva, vulnerando los derechos humanos y poniendo en peligro la vida de los pueblos en aislamiento Tagaeri Taromenane, cuya Zona de Amortiguamiento es fundamental para preservar su sistema de vida y los ecosistemas que son de los más diversos y sensibles del mundo.
Se trata de una política contradictoria con los principios de vida de las comunidades amazónicas donde prima la convivencia armónica con la naturaleza, la protección del agua y de los nichos ecológicos que benefician a la conservación de los recursos naturales para una vida digna y acorde a su cultura.
El Gobierno del presidente Moreno no está respetando el pronunciamiento popular en favor de los pueblos en aislamiento voluntario y la necesidad de proteger el Parque Nacional Yasuní que alberga una de las mayores reservas de especies de todo el planeta, declarada reserva de la biosfera por la Unesco en 1980. Por el contrario, está dando privilegios a las empresas petroleras y facilitando la explotación de nuestros recursos naturales, dejando de lado las decisiones de las poblaciones afectadas, violentando sus derechos y profundizando los enfrentamientos, la crisis ambiental y la conflictividad social.